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La Barbican Into the Unknown

Cómo AV transformó la mayor exposición de ciencia ficción del mundo: Barbican´s «Into the Unknown»

Barbican

United Kingdom

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Christie Captiva, Christie G Series, Christie HS Series

Impacto del audiovisual en «Into the Unknown»

"Cuando el Barbican me contactó y me dijeron que lo querían todo, me quedé 'a cuadros'", cuenta Patrick Gyger, comisario de la mayor muestra de ciencia ficción jamás vista, un extraordinario hito expositivo en el que el aficionado al género puede pasar un día entero sumergido en todo tipo de soportes —litografías, cómics o libros de los primeros tiempos— o darse de bruces con alienígenas cinematográficos bien conocidos por todos. "El papel desempeñado en la muestra por el audiovisual ha sido crucial", subraya Gyger. La exposición del Barbican Centre incluye piezas encargadas exprofeso para el equipamiento audiovisual de Christie existente ya en varios espacios del vestíbulo del gran centro cultural. Además, se han seleccionado proyectores y paneles planos de la marca para la gira mundial de la exposición, que durante varios años recorrerá algunos de los mayores centros de arte del mundo.

Si el Barbican londinense goza de prestigio mundial como centro artístico y educativo, su división internacional, liderada por Neil McConnon, es la responsable de los proyectos expositivos que viajan luego a centros de todo el mundo. "Mi tarea consiste en garantizar la puesta en pie de exposiciones dinámicas e innovadoras, que cubren todo tipo de formatos y soportes artísticos", explica. Para comisariar Into the Unknown el candidato perfecto era Patrick Gyger. Entusiasta toda su vida de la ciencia ficción, historiador, librero online y antiguo director del mayor museo europeo dedicado a la ciencia ficción, Gyger dirige en la actualidad Le Lieu Unique, un centro de arte de Nantes.

"Un relato completo de la ciencia ficción debía abarcar cómics y manuscritos, juguetes y películas, representados tanto a través de medios audio visuales como en forma de objeto. Hablamos de una historia muy amplia", explica Gyger. "Aspirábamos además a estimular un debate sobre el género, pero no en relación con su contexto, sino en sí mismo. Otras muestras se han centrado, por ejemplo, en las dimensiones científicas o políticas de la ciencia ficción. Pero lo que aquí nos interesa es la propia ciencia ficción y su investigación de lo desconocido: la exploración del mundo, del espacio, y la reconstrucción de nuestro propio entorno de espacio distópico o de espacios internos de la mente. La ciencia ficción siempre se adentra por nuevos territorios".

Debemos destacar que la sección principal de Into the Unknown ocupa el espacio de The Curve. "Gracias a la asociación de largo plazo que mantenemos con Christie contábamos ya con audiovisuales en varios de nuestros espacios públicos, lo que nos permitió llevar la experiencia de la ciencia ficción por todo el edificio a través de diversas piezas encargadas, de cortos de artistas y de una cápsula de proyección accesible al espectador", explica McConnon.

El resultado es que, desde el momento mismo de acceder al centro, el público se sumerge en el género. Ya en la entrada, una fila de proyectores fósforo láser de Christie, dotados de lentes de tiro ultracorto, aparecen encastrados en el techo, a escasa distancia de la pared, formando un gran display. "Al ver los seis proyectores Christie Captiva ahí instalados, la empresa productora de la serie televisiva Black Mirror decidió utilizarlos para idear una instalación de un minuto específicamente creada para ese display. Nunca habíamos usado el espacio de ese modo. Ha sido una primicia absoluta para el edificio y la exposición", aclara McConnon.

 

En el interior de The Curve. De alienígenas a audiovisuales

Para la sección principal de la exposición, ubicada en The Curve Gallery, los diseñadores trabajaron con una paleta de colores y una iluminación que sumerge al visitante en una atmósfera misteriosa, desconocida. Cuadros de monstruos de comienzos del siglo XIX comparten espacio con una vitrina con primeras ediciones de las novelas de Julio Verne, mientras avanzamos por entre unas imponentes reproducciones de alienígenas hasta toparnos con el traje de Leonard Nimoy en Star Trek.

Entretanto, los audiovisuales van alternándose con elementos y figuras estáticos, partiendo de las primeras películas de ciencia ficción para llegar al final a las piezas interactivas. "Mientras recorremos la exposición, registramos con el rabillo del ojo gran parte de los audiovisuales: una imagen en movimiento que, además de inyectar vida en la exposición, nos sumerge en ella", nos cuenta Gyger. "Hablamos de un género excesivo, de personajes desmesurados. Queríamos un sonido imponente. Diseñamos con todo cuidado la ubicación de cada pieza y la interacción de las distintas proyecciones". Se recurrió a proyectores DLP de la Serie G de Christie para mostrar extractos de películas como 2001: Una odisea del espacio y Jurassic Park, y un display de mapping".

Gyger recalca también que la era digital ha incorporado un nuevo medio que se presta a la perfección a la ciencia ficción. "El cine y el audiovisual han aportado a la ciencia ficción dos rasgos esenciales para el género. Uno es la aceptación de lo increíble: la ciencia ficción se basa en que el espectador decide creerse lo que se le está contando, y los efectos cinematográficos y especiales han contribuido de una forma fundamental a popularizar el género y a crear un mundo en el que la gente se pueda sumergir", explica Gyger, que añade: "Lo que nos lleva al segundo rasgo, que es primordial: el pasmo, la sensación de estar ante algo extraordinario. Relatar ciencia ficción con imágenes en movimiento transformó por completo la experiencia, algo que se hace más patente hoy gracias a la existencia de unos efectos especiales que no pueden compararse con los que se empleaban en los años cincuenta o sesenta. Y eso es lo que queríamos reproducir con la pieza The Martian".

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